Es el objetivo prioritario desde que se oficializó la pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las farmacéuticas están invirtiendo todos sus esfuerzos en conseguir una vacuna contra el coronavirus, que sea efectiva y puedan ofrecerla a los Gobiernos lo antes posibles.
Beneficios económicos de invertir en una vacuna
Como es lógico, muchos ciudadanos se preguntan si las farmacéuticas sacarán una rentabilidad exagerada respecto a esta inversión. La respuesta es, en realidad, algo compleja. Por un lado sí que obtendrán beneficios notables, pero no por la comercialización a los ciudadanos.
Los beneficios iniciales serán derivados, como ya ha pasado en algunos casos, de la confianza de los inversores, que conseguirán incrementar el valor de sus acciones exponencialmente.
Además, también se produce una compra por parte del Estado de las vacunas, que luego distribuye por los canales autorizados a las farmacéuticas españolas.
Finalmente está el porcentaje de beneficio de venta del producto. Sin embargo, al tratarse de una vacuna para un virus como el que ha asolado al mundo entero, es probable que el beneficio de este último factor sea mínimo o incluso nulo.
Rentabilidad por acciones de las farmacéuticas
La compañía estadounidense Gilead ha sido la primera en recibir beneficios por su inversión en la búsqueda de un fármaco contra el coronavirus. Ha sido con el hallazgo de las propiedades del Remdesivir, cuya efectividad ha motivado a los inversores a volcarse en la que podría ser la empresa que encontrara una cura factible contra el coronavirus.
Las acciones de la farmacéutica llegaron a impulsarse hasta un 10%, valor que es más que destacable en el sector en el que se mueve esta empresa. Todo ello sin que el medicamento en la práctica pueda aún considerarse la ansiada cura. Sin embargo, un mero avance en busca de ella, ya motiva la confianza de los inversores.