En España sólo el Banco Santander dispone del servicio Apple Pay para sus clientes que deseen pagar a través del móvil. El resto de bancos no se ha sumado a este servicio, ni parece que vaya a hacerlo, dadas las exigencias que la compañía de Silicon Valley exige, en términos económicos.
Según parece, Apple Pay sería varias veces más caro que Samsung Pay, aunque su cuota de mercado en España sea aproximadamente del 9%. Esto hace plantear a muchas entidades si asumir la carga monetaria de contar con el servicio de Apple Pay sería rentable, no ya por las compras realizadas por los clientes, sino como estímulo atractivo de captación de nuevos clientes.
Apple no es la única culpable
Analizando al situación, no parece en realidad que Apple sea la única culpable. Algunas mismas entidades financieras han confirmado que el precio que la compañía tecnológica impone es estándar en todos los países europeos, pero las tasas en España y las variables tecnológicas hace imposible que el precio se mantenga estándar y, mucho menos, que se sitúe en un nivel de coste equivalente al precio que cobra Apple. En definitiva, no sale rentable.
El problema es que parece que la forma de solucionarlo pasa por el cambio de estructura de TPVs, sistemas de tarifas, etc. lo que el sector no parece estar dispuesto a aceptar.
Por tanto, parece que la competencia, Samsung Pay y cualquier sistema basado en Android que pueda ofrecer unos precios similares, tiene el camino allanado para conseguir la mayor cuota de mercado posible.
Apple se queda, una vez más, como un servicio exclusivo sólo para unos pocos clientes de una o quizás unas pocas entidades bancarias. Faltará por ver si la presencia en tan pocas instituciones supone una ventaja a la hora de captar cliente y si no afectará negativamente a los smartphones de Apple.