psicología online

La situación actual de pandemia mundial y confinamiento por coronavirus ha causado estragos en muchísimos sectores profesionales.

Sin embargo, no todos se ven afectados de igual manera e, incluso, hay algunos que decidne invertir en una adaptación al cambio, con la que se espera conseguir importantes beneficios.

Así es el caso de la psicología que, en las últimas semanas, ha encontrado todos los factores necesarios a favor, para que el sector se vuelque en el servicio online, con el que está impulsándose de una forma jamás vista.

La alta demanda de servicios psicológicos

La psicología, complementada con la psiquiatría, siempre ha sido uno de los sectores que ha disfrutado de una demanda constante y en crecimiento.

Sin embargo, tal y como adelantaron en su momento profesionales de distintos ámbitos, el confinamiento ha motivado una mayor demanda de ayuda psicológica. La depresión, la ansiedad, el miedo y otros tantos problemas psicológicos, requieren atención de profesionales.

El problema es que se requiere con urgencia y alta efectividad, lo que hace que la inversión en el sector se derive a dos importantes rasgos, la calidad y la inmediatez.

La calidad es algo obvio. Por eso se requiere una titulación para ejercer y por ese motivo también, el número de psicólogos oficiales ofreciendo servicio ha subido estas últimas semanas.

La inversión en tecnología online

La inmediatez ha requerido una inversión más disruptiva. Desde el principio del confinamiento los psicólogos profesionales se han volcado en la videoconsulta telemática.

Con los recursos apropiados, en teoría todo es viable. Así, el psicólogo puede atender de una forma inmediata, en tiempo real y viendo directamente al paciente, sin que ninguno de los dos tenga que salir de su casa o desplazarse a otro emplazamiento.

De momento la inversión está funcionando. El sector sigue recibiendo cada vez más pacientes y la acogida a este tipo de sesiones está siendo muy bien acogida. Es posible que estemos ante el nuevo futuro de la psicología en el siglo XXI.