El sector de la comercialización de televisores se ve ante un reto sin precedentes los próximos meses. Según estimaciones de algunas compañías, las ventas podrían caer hasta un tercio, aunque en realidad la caída actualmente no supera el 5%.
Por tanto, el sector intenta analizar los retos a los que la inversión de los consumidores se va a someter los próximos meses. Muchos de ellos pueden ser difíciles de superar.
La falta de presupuesto
Las televisiones disfrutaban de un mercado en crecimiento. Alta tecnología a un precio ligeramente superior, motivaba inversiones menores pero de gran rentabilidad.
Sin embargo, la situación económica actual incentiva el ahorro, por lo que la compra de productos teóricamente secundarios, como una televisión nueva, se pospone a más adelante.
La dificultad de la compra online
Como dato positivo, la inversión en compra online se ha disparado. No es algo único del sector de televisiones, sino que lo han compartido prácticamente todos los sectores comerciales.
Sin embargo, para este sector no es tan positivo como puede pensarse. La venta presencial, como en los automóviles, representaba una oportunidad única de generar beneficios.
La compra de una televisión pequeña puede asumirse online sin ningún problema. Prácticamente está garantizada una calidad mínima, por lo que en pequeños formatos de 32 a 36 pulgadas, las ventas se disparan.
La inversión en una televisión de 50 pulgadas en adelante, sin embargo, es otra cosa. Los compradores quieren poder ver por sí mismos la calidad de imagen y el aspecto del modelo que les interesa.
Este es el ámbito que más preocupa a los líderes del sector. Con modelos que rozan los 8.000 euros en algunos casos, la venta online está casi descartada y, por tanto, la inversión podría notar un declive mucho mayor del actual 5%.