Principales valores influyentes en el mercado internacional están afectando negativamente a la Bolsa en general, mostrando caídas consecutivas de empresas líderes independientemente del mercado principal en el que se mueven.

Uno de los agentes que más ha influido en esta realidad es el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la exposición pública de los datos de previsión de crecimiento económico por países a nivel mundial. La previsión para 2016 y 2017 se ha revisado en casi todos los casos a la baja.

Las Bolsas europeas veían cómo los valores negativos se disparaban de forma imparable con una variación de entre el 2% y el 3%. En el caso del Ibex español, la caída ha llegado al 2,7%.

La situación del petróleo acompaña a este clima de incertidumbre, pues sigue también en descenso continuado y ha alcanzado un nuevo récord marcado en los 27,7 dólares, un valor propio de principios de siglo. Pese a que en algunos casos como es España, esta situación puede suponer un alivio económico por ver reducido su gasto de importación de crudo, lo cierto es que la influencia sobre los países exportadores es cada vez más grave, así como sobre las empresas petrolíferas. Shell y Repsol han sido dos de las más afectadas por esta situación.

Por último, China tampoco da tregua. La Bolsa asiática presenta un descenso del 3,7% en el caso del Nikkei y del 1% de Shanghái. La Oficina Nacional de Estadísticas (NSB) presentó el informe de crecimiento anual fijando la cifra en un 6,9%, un valor que puede llevar a engaño, dado que si bien es mayor respecto a otras zonas geográficas, en China representa un aumento de la ralentización del crecimiento económico que viene acumulándose por varios años. De hecho, desde 1990 no presentaba un ratio de crecimiento tan bajo y la confianza en las divisas asiáticas se ha visto afectada por esta noticia.