Donald Trump prometió durante su campaña electoral que la economía en Estados Unidos iba a ir mejor que nunca, en términos de consumo y empleo. Las expectativas macroeconómicas, la propia Reserva Federal estadounidense (Fed) y analistas económicos de todo el mundo no estaban tan convencidos.
Sin embargo, los datos económicos reflejados en el país durante el primer mes del presidente Trump son mucho mejor de lo esperado, lo que refuerza tanto la posición del republicano en este ámbito como la confianza en nuevas subidas de los tipos de interés.
El primer dato favorable corresponde al empleo. Mientras la presidenta de la Fed tiene como objetivo el límite de 100.000 nuevos empleos mensuales, los analistas eran más positivos y aumentaban la cifra hasta los 200.000. Pues incluso con esta duplicación del límite, la cifra resultante ha sido todavía mejor.
La cifra de aumento del empleo se ha quedado en este mes de febrero en 235.000 nuevos ciudadanos con trabajo.
El otro valor que sigue mostrando datos favorables es el del consumo. Los analistas achacan el comportamiento positivo de los ciudadanos a las promesas de rebajar los impuestos que el presidente presentó como argumentos para conseguir votos.
Con todo, lo cierto es que la economía estadounidense va tan bien, que la Fed se plantea casi de forma inminente volver a subir los tipos de interés y reducir los estímulos innecesarios a una economía que afronta 2017 con el mayor de los optimismos.
El objetivo de la Fed, si sigue el curso económico la misma trayectoria, será subir los tipos de interés hasta en 3 ocasiones a lo largo de 2017. Los únicos factores que podrían frenar este optimismo generalizado son la inflación inevitable y un crecimiento del empleo mucho más lento, dado que algunos analistas identifican la situación actual como demasiado cercana al pleno empleo.