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Hasta 19 empresas han entrado en la primera autorización de Arabia Saudí hacia Estados Unidos, un acercamiento que se produce de forma paralela a la visita del presidente republicano Donald Trump a su territorio.

Ámbitos de inversión

Las empresas escogidas para autorizar la inversión en negocios de Arabia Saudí, con la posibilidad incluso de garantizar la propiedad del 100% de la inversión, son multinacionales ampliamente conocidas de la talla de General Electric o Boeing. Los entornos en los que se permitirá la inversión son muy heterogéneos, aunque de notable rentabilidad, desde el sector energético hasta el financiero y, obviamente el de transporte aéreo.

Además, en este acercamiento entre Arabia Saudí y Estados Unidos también se ha identificado 3 posibles modalidades de inversión, siendo la de estas empresas de forma directa la más obvia.

Arabia Saudí también permitirá el aprovechamiento de fábricas de construcción para el desarrollo de diversos productos. Uno de los anunciados ha sido el helicóptero Black Hawk, del que se ha acordado la producción de, al menos 150 unidades.

En tercer lugar, se expone la posibilidad de celebrar congresos y encuentros de diversos sectores, en los que empresarios e inversores de ambos países puedan crear sinergias suficientes como para potenciar las relaciones comerciales entre ambos países.

Consecuencias económicas de acciones políticas

La apertura comercial de Arabia Saudí es consecuencia del acercamiento de Donald Trump al país, en contraposición a la política exterior del anterior presidente estadounidense Barack Obama.

El ex presidente demócrata demostró un acercamiento hacia Irán, rival en múltiples ámbitos a Arabia Saudí, buscando con ello un acuerdo nuclear, con el que el país consiguió eliminar las sanciones internacionales impuestas contra él.

Donald Trump, sin embargo, prefiere acercarse al país referente en la economía petrolífera que, precisamente, busca la inversión en diversos sectores, que funcionen de complementariedad al del oro negro.