Hay que ver cómo es la macroeconomía. Mientras en Estados Unidos la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, debe indicar a los inversores que las nuevas subidas de los tipos de interés llegarán, pero no son necesarias en estos momentos, en la Unión Europea se le pedía constantemente al presidente del BCE (Banco Central Europeo) unas medidas que estimularan la economía en la Eurozona.
Draghi, motivado por las circunstancias económicas de un desastroso principio de año, sorprendió a todos esta semana con el anuncio de todo un paquete de estímulos económicos en la Unión Europea, con el valor estrella de una reducción de los tipos de interés absolutamente histórica, que rebaja el paupérrimo tipo de interés del 0,05% a un rotundo 0%, que se prevé que supondrá toda una inyección de liquidez en la Eurozona a base de solicitudes de préstamos de bancos al BCE.
Al mismo tiempo, también se influirá sobre los tipos de interés que estén vinculados al Euríbor, algo que afecta a las hipotecas de millones de personas (concedidas y por conceder) y a los préstamos que se efectúan entre los propios bancos.
Este paquete de medidas que, obviamente no se limita a los tipos de interés, busca a nivel generar motivar un crecimiento mayor de la economía europea, cuya previsión se antojaba para 2016 y 2017 algo menor de lo esperado para este periodo.
A nivel general, las consecuencias de esta y el resto de medidas supondrá acceder a créditos hipotecarios y de otro tipo de financiación más baratos, que las hipotecas que ya están en curso sean más económicas respecto a lo que estaban siendo hasta el momento, así como el hecho de que por lo general haya más financiación para proyectos de todo tipo. En cuanto al comercio con el exterior, será más fácil exportar y menos rentable importar.