La economía en España crecerá en el año 2016 un 2,7% mientras que en 2017 lo hará un 2,3%, según la última previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que supone una excelente noticia ya que anteriormente su previsión hacia dos años para el país era algo menor (de 0,2% y 0,1% a la baja en 2016 y 2017, respectivamente) cuando la publicó el pasado mes de octubre de 2015.

Esta confianza en España y en su capacidad económica viene en un momento muy apropiado para transmitirla de forma positiva hacia los inversores. La inestabilidad política del país afectó inicialmente a distintos valores bursátiles y financieros, pero al poco tiempo después de las elecciones del 20 de diciembre y pese a que todavía no se ha resuelto la situación, la confianza en España y en el aumento del Producto Interior Bruto (PIB) adquiere un valor incalculable.

Obviamente una solución rápida podría conllevar consecuencias todavía más favorables para un crecimiento económico óptimo. Sin embargo hay otros factores externos que también influyen en esta percepción del país positiva.

Uno de ellos es el relativo al sector del petróleo, cuya bajada continua de los precios alivia las previsiones de los países que, como España, son importadores de crudo y ahora pueden beneficiarse de un exceso de oferta que abarata el valor de mercado.

Con esta nueva revisión España empata con Alemania en la revisión al alza del crecimiento económico, pero en realidad es la que protagoniza el mayor crecimiento respecto al resto de países miembros de la zona euro. Precisamente Alemania se mantiene en el 1,7%. Reino Unido es el país que crecerá en mayor medida aunque se queda detrás de España al tener como pronóstico un incremento del 2,2% tanto en 2016 como en 2017. Por último, Estados Unidos también refleja un crecimiento constante, en este caso del 2,6% en los dos próximos años, lamentablemente un 0,2% por debajo de la previsión inicial del FMI.