Las compañías petrolíferas siguen dominando el sector del combustible más requerido en todo el mundo. En el caso del automóvil ha quedado claro que el futuro pasa por las fabricaciones de eléctricos y otros coches basados en innovadoras tecnologías, pero aún queda mucho tiempo para que esto sea global.
Sin embargo, estas empresas productoras de petróleo quieren mantener su hegemonía en el sector, por lo que la inversión actual está encaminada a obtener una posición preferente, para cuando el mercado requiera de este tipo de vehículos.
Compra de empresas en el sector
Uno de los grandes síntomas de que las petroleras cambian su estrategia es la compra de empresas. Con la adquisición de compañías punteras, se aseguran de que la producción de estos vehículos es suya y, por tanto, todos los conductores que adquieran estos coches, estarán convirtiéndose en clientes suyos, una vez más.
Una de las operaciones más recientes en este ámbito ha sido la inversión de BP (British Petroleum) sobre StoreDot, compañía especializada en la creación de baterías destacables por su rapidez de carga.
No es la primera inversión de una petrolera en el sector de desarrollo automovilístico, ni siquiera es la primera vez que BP realiza una operación similar. Por tanto, se constata la estrategia de compra de empresas en el sector, como la principal vía (y también la más rápida) de tomar una posición privilegiada para el futuro.
¿Por qué invertir en baterías?
La última inversión de BP es, de hecho, muy significativa. La compañía representa con esta operación el futuro del sector automovilístico. Las baterías no solo garantizan la duración en marcha de un vehículo eléctrico, sino que además, permiten confiar en la próxima tecnología de conducción, sin riesgo a temer quedarse parado en la carretera, el coche autónomo.
Gracias a baterías de carga a gran velocidad, el usuario podrá disponer de su vehículo al 100% para su rutina diaria, sin que por ello tenga ni siquiera que ser quien se encargue de la conducción.