Los intentos de la patronal Anfac por defender los turismos diésel y la protección al medioambiente que garantizan los nuevos modelos, no han servido para evitar una desinversión acelerada sobre estos turismos.
Los últimos datos de matriculaciones en España durante el mes de noviembre, confirman una caída del 39,9% con respecto al periodo anterior. En la actualidad solo el 30,5% de los turismos vendidos son diésel, dejando así una mayor cuota a los de gasolina (61,3%) y a la creciente demanda de coches eléctricos e híbridos (8,2%).
¿Es la incertidumbre la culpable de falta de inversión?
En la economía, sobre todo en lo relativo a nuevas adquisiciones e inversión importante de capital, la fiabilidad en el destino del presupuesto es primordial.
Por ese motivo, se señala a la incertidumbre del sector en relación al futuro de los coches diésel, el motivo principal por el que los consumidores están prefiriendo optar por otro tipo de vehículos.
La información publicada desde los medios de comunicación, negativa hacia este tipo de vehículos tanto por los niveles de contaminación como por el riesgo que supone la nueva normativa de emisiones de gases contaminantes (WLTP), mucho más estricta, incitarían a rehuir de este tipo de coches.
¿Está controlada la caída de las ventas?
Hay argumentos contrapuestos respecto a la caída de la inversión en los vehículos diésel. Desde algunas fuentes se señala que es completamente normal, por el impulso inusitado que se dio en los meses de julio y agosto, precisamente por la entrada en vigor de la WLTP.
Desde otros puntos de vista, se señala que la prohibición de venta de coches contaminantes no será efectiva hasta el año 2040, si es que no se retrasa más todavía. Por ese motivo, también se considera que no hay más inversión por la actual desinformación a la que están sometidos los consumidores hoy en día.