La superpotencia asiática ha publicado sus informes de crecimiento económico, situando el segundo trimestre del año con un porcentaje favorable del 6,7% que, comparado con el mismo periodo del año 2015, es prácticamente idéntico.

Es muy importante este valor de estabilidad. Aunque China en ningún momento ha dejado de mostrar datos de crecimiento, en realidad este porcentaje lleva años bajando de forma imparable. Ninguna medida del Gobierno ha servido para impedir que la economía china crezca cada año menos. De hecho este valor de 2016, que coincide con el de 2015, es el más bajo obtenido desde el año 2009, reflejo claro de cómo el ritmo de crecimiento ha bajado inexorablemente

Sin embargo, las cifras llaman a un moderado optimismo. Dado que ninguna medida había resultado efectiva, la estabilidad era el objetivo más deseado. Con un mismo porcentaje de crecimiento con respecto al año pasado, igual que en informes periódicos recientemente publicados, China parece haber encontrado la clave para cierta estabilidad. Ahora el reto es convertir esta tendencia hacia un crecimiento al alza comparativo con otros años.

De momento el sector de servicios demuestra ser el más recomendable en este sentido. Se trata del sector que más ha crecido de todos con un balance interanual del 7,5% de enero a junio, mientras que la industria se ha quedado en el segundo lugar con un 6,1% y el sector primario se ha limitado al 3,1%.

En esta situación, China tiene como valores máximos un PIB (Producto Interior Bruto) de 4,6 billones de euros y una inflación del 2,1% durante estos primeros seis meses de 2016. Todavía no ha identificado la economía china dónde debe apostar para motivar un mayor crecimiento por cada período fiscal, sin embargo parece que el sector servicios y el comercio exterior se presentan como los principales artífices de lo que podría ser el regreso de la potencia económica que es China.