Finalmente Reino Unido decidió no continuar en la Unión Europea. Lo cierto es que sorprendió a todo el mundo, quizás incluso a los que votaron SÍ al Brexit, pues no se esperarían un triundo que, de todas formas, fue tan ajustado que no superó el 2%. Pese a todo, un referéndum es un referéndum, por lo que hay que respetar la respuesta de los ciudadanos y, eso sí, la economía mundial debía responder. Lo hizo entrando en pánico.

Las Bolsas de todo el mundo se hundieron, el euro bajó a mínimos, la libra se devaluó más que nunca en su trayectoria como divisa de referencia y los analistas hablan de un periodo de 20 a 30 años para que la economía británica se estabilice o incluso se recupere.

Ahora bien, quien quedó peor parado fue el índice bursátil español del Ibex 35. Sufrió la mayor caída de su Historia, de un 12,35%, hasta poco más que 7.700 puntos y con 24 horas para que se celebrasen unas elecciones.

El peor estado político se temía por todos los inversores, sobre todo cuando los líderes que defienden la separación de la Unión Europea consideraron que el Brexit era una demostración práctica de sus teorías y exigieron el referéndum también en sus países.

En España, muchos líderes políticos se esforzaron por mantener un mensaje de unidad, temiendo que cualquier otra interpretación de sus palabras se convirtiera en pérdida de votos.

Al final, en estas segundas elecciones generales en apenas 6 meses, el Partido Popular consiguió reafirmar su posición de líder. Aunque de momento no tiene suficientes apoyos para gobernar, la mayor facilidad que se le presenta en el proceso y el continuo mensaje de continuidad con la UE, ha apaciguado a los inversores y el Ibex 35 es, paradójicamente, la única Bolsa europea que no sigue sufriendo la resaca del Brexit. Remonta así hacia los 8.000 puntos, con la banca como principal benefactora. Durante la semana se espera un continuo ascenso de los valores.